A mi siempre me gustó el Museo del Prado. Pero no por los cuadros de Goya o Velázquez, tan vistos ya. Ni siquiera por ver de cerca las locuras del Bosco o las pinturas de mi admirado Caravaggio (bueno, los dos míseros cuadros que hay en el mueso, ¡sólo dos!). No. A mi siempre me gustó ir al Prado a ver las esculturas clásicas, que tienen arrinconadas al final del todo, en una sala a la que nunca llega nadie. Ellos se lo pierden.
Desde hace ya muchos años siempre que voy al Prado paso de largo de meminas y de fusilamientos del dos de mayo y voy directo a ver mis esculturas. Sobre todas ellas destaca, bien centrada en sala, la impresionante Ofrenda de Orestes y Pílades. La he ido a ver decenas de veces y no exagero. La miro, la remiro, la doy vueltas. Y siempre me sorprende que alguien haya podido hacer algo tan perfecto.
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| Orestes: ¿para qué es ese palo que llevas en la mano? Pílades: ¿para qué crees tú, bribón? |
La estatua es una réplica romana de un original griego, seguramente de Praxiteles. Fue encontrada en Roma en el año 1.623 y adquirida al poco tiempo por Felipe V, poniéndola en el palacio de la Granja de San Ildefonso para admiración de las mujeres de la corte y de algún que otro hombre.
Orestes era hijo del mismísimo Agamenón y Pílades del rey de la Fócide. Dos niños bien, vamos. Al pobre Pilades le mandaron a Micenas por un turbio asunto familiar de sus padres (un adulterio, que se lo he oido a la Esteban en el Sálvame) y se crió junto a Orestes, que era de su misma edad. Crecieron juntos (¡y cómo crecieron!) y aprendieron de los mismos maestros (quiero decir que se los follaban los mismos filósofos). Estuvieron toda la vida juntos, lucharon contra los mismos enemigos. Incluso una vez intentaron asesinar juntos a la Helena. Sí, la que la lió parda con la Guerra de Troya. Porque guapa era, pero tambien muy lianta.
No es de extrañar que esta escultura haya sido considerada siempre como la mejor representación de la amistad fraternal. Yo aún diría más. Creo que estaban liados. Estoy convencido. Por eso he realizado el viaje espacio-temporal. Y me encontré con ésto:
Para qué seguir hablando. La próxima vez que vaya al Museo del Prado les sonreiré cuando les vea. Les guiñaré un ojo y les diré: Yo ya lo sabía, guapos.
Pues claro que estarían líados, no ves que por aquel entonces el que no estaba líado con un tío como mínimo era un pringao? Por cierto, te queda muy bien el traje futurista-psicodélico ese.
ResponderEliminarBesos.
Contemplar la belleza de la antigua Grecia es un placer en si y si añades la pimienta de lo que piensas y viajas en el espacio sideral de tus emociones, para qué contarte.
ResponderEliminarMis saludos.
De El Prado conozco la puerta jj
ResponderEliminarPor mi afición a la astronomía, me encanta la mitología griega; a veces cuando les estoy enseñando a la gente el cielo y voy contando historias, tengo que poner los dos rombos cuando llegó a las aventuras de Ganímedes :)
Los dibujos tuyos me encantan! a ver si algún día nos cuentas como los haces!!!
¡Para eso querías tu viajar en el timepo, eh, bribón! Si ya me parecía a mí, de todas formas es que con los griegos siempre ha sido muy fácil, jejejeje, ya se sabe, todo el día con la colita al aire, no es normal... jejejeje... aunque mira tú por donde, la historia de estos dos no me la sabía, ya lo dice el refrán "A la cama no te irás sin saber algo más, y sin un griego de menos...." (lo último es cosecha mía)
ResponderEliminarasi que temponauta u justo vas cayendo y pillando infraganti jajaja
ResponderEliminarlos dibujo que haces son muy buenos.
Es una historia preciosa la de esos dos amigos. Bueno, los griegos ya se sabe que no tenían prejucios a la hora de darse un buen revolcón, y no es de extrañar que estos dos amiguetes se lo pasaran bien juntitos, jajaja. Las esculturas sí que parecen praxitelianas, por el canon y el tratamiento de la curvatura en la postura del cuerpo, pero en plan tosco, seguro que las originales serían maravillosas. Zowi, me encantan tus dibujos, los que publicas aquí y en el Cagarruti Blog. No sé qué técnica usas, pero se ven muy depurados, muy profesionales. Incluso no pierdes detalles como las sombras, los brillitos de las botas, los pliegues de las telas, incluso la greca del mantel. Toda una obra de arte. Me encantan y disfruto mucho de ellos. Felicidades y besos.
ResponderEliminarQue amistad tan fraterna había por esos tiempos, lastima que hoy ya se perdió esa fraternalización. Estoy totalmente de acuerdo contigo, bueno si crecieron y se criaron juntos, muy bien se debían de conocer de punta a punta te digo.
ResponderEliminarY aunque no lo diga en los libros, es una verdad sabida a entre dientes, los romanos al igual que los griegos eran muy fraternos y pasionales entre ellos.
Un beso, chico aventurero.
Y encima de tenerla grande, ser tu mismo enorme, explícito y claro... joer! encima de ser géminis, encima de todo eso... te gusta el arte y la escultura... joer! ¡dicho aquel que te tenga en su lecho!
ResponderEliminarVamos! Yo te imagino como Orestes... jajaj!
Bromas aparte... joer! Tienes buen gusto... este tipo de esculturas me fascinan... en el arqueológico sufrí no sé cuántos éxtasis seguidos... Y es que mi amor por las antigüedades es comparable a mi amor por una buena... jajaj! ¡eso!
Besos, anda! Provocador!