No, si al final va a llegar la sangre al río. Cuidadito conmigo. Que lo estoy viendo de venir.
Andrés, del Observatorio Gay Granatense, un bloguero bastante majete (hasta ahora, claro), escribió la semana pasada un par de post (uno el jueves 11 y otro el viernes 12 de agosto) en plan vintage, recordando cosas del pasado que a él le molaban cuando era un niño y adolescente. En estos post nos reveló su edad (vamos a dejarlo en treinta y tantos por educación), que resulta que coincide con la mía. Yo le pedí educadamente en un comentario que dejara de publicar esas entradas nostálgicas porque me hacía sentir como una ancianita.
Y va el tío guarro y contraataca con un nuevo post (lunes 15 de agosto) sobre cómo seremos en un futuro con 77 años. Así, provocando, como diciendo: te vas a enterar pequeñín. Eso no se hace Andrés. Eso ya es ir con saña.
Leed las tres entradas si no lo habeis hecho ya para juzgar como se merece a este bicho.
http://homografía.blogspot.com/
Las entradas vintage provocaron que mi Síndrome de Peter Pan tuviera que salir públicamente a la luz. Porque sí, yo tengo uno muy grande (un síndrome de esos, me refiero). Y le alimento todos los días como quien da de comer al canario para que siga cantando.
Porque yo no lo escondo. Soy como un niño pequeño. Y un mitómano del pasado, al que supongo que me aferro para negar que crecemos y que algún día llegaremos a ser un viejete de 77 años. Yo lo guardo todo (cómics, revistas, álbumes de cromos, películas, cassetes, vinilos, etc). Como no me cabe en mi casa lo tengo todo guardado en casa de mis padres, en un local al fondo del jardín. Si un día quisiera venderlo, no tendría hueco en todo el Rastro de Madrid.
El Síndrome de Peter Pan está muy extendido entre la gente de nuestra generación y, especialmente, afecta a los gays. Se supone que porque no tienen ciertas obligaciones de esas que obligan a madurar por narices a la gente. Me refiero, claro está, a lo de criar hijos (porque nosotros tenerlos es imposible). En esto las bolleras nos ganan. Pero sólo en ésto, no vayais a pensar.
Pero tu provocación Andrés ha hecho que empiece a abrir las viejas cajas de cartón. La Caja de Pandora se ha abierto. Y ya no hay vuelta atrás.
En próximos post la guerra continuará.
(Por cierto, que ya estoy de vuelta de Benidorm. Ya estoy en casita. Pero en esta santa ciudad no hay ni Dios. Casi huviera sido mejor quedarme).
Me he reido muchísimo, aunque creo, no sé si te llevo años de ventaja, que lo del Síndrome de Peter Pan lo inventó mi psicólogo para conmigo, jejejeje, pero claro llamarlo Síndrome de OGG quedaba menos bonito, aunque sí más científico.... y procura no picarme mucho, que como dicen en Andalucía: "Soy más picajoso que el chocho una mona"
ResponderEliminarMadre mía, apostaría a que viendo únicamente los recuerdos que almacenas se puede hacer un mapa de tu vida. Peter Pan siempre tuvo aire gay, eso sí.
ResponderEliminarPor cierto, ¿de vuelta a dónde?
A mi también me gusta conservar recuerdos, tener nostalgia de esas cosas lindas, recuerdos y todo eso, lo menos que hago es pasarme por super maduro, dándomela de viejo, aunque algo de madurez tengo. Creo que no conservo todos los recuerdos porque sino ya no entrarían ni en mi gran baúl (Que existe desde la niñez), pero tampoco tiro todo a la basura.
ResponderEliminarAsí que te cargas a Peter, seemm, siempre me pareció un tanto particular este chiquitín volador...jeje
Besos.
El sindrome de peter pan es transversal y afecta a la sociedad toda, no solo al mundo gay. ¿ quien no desea mantenerse indefinidamente joven y ser aceptado por todos? Mientras la sobre valoracion del la juventud persista, y el desprecio a todo lo viejo sea la tonica de la actual cultura que desdeña la experiencia de los años vividos, pues el sindrome famoso tiene para rato. Es la actual sociedad la que esta interiormente podrida.
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