Mariano, Ese Hombre (Biografía No Autorizada) / Capítulo 3: La Juventud Y Sus Años de Político En Galicia

Todavía estoy en éxtasis después de ver ayer el super-debate-que-te-cagas entre los dos candidatos a futuro presidente del gobierno de esta mi querida España. Bueno, ayer no había dos candidatos. Solo se presentó uno. Porque por parte del PSOE había un señor viejo y calvo con cara de perdedor. De la lástima que me dió casi me entran ganas de votarle, fíjese usted. Ya conoce mi generosidad con la gente necesitada. Acuérdese que yo fui el que donó la figurilla del ciervo trotón en el Mercadillo de Señoras Ricas del año pasado. Con lo que me costó deshacerme de ese bonito regalo que me hizo mi amada suegra. Pero no se preocupe, que no le votaré. Yo sólo tengo ojos y pensamientos para usted, ya lo sabe.

Cómo me gustó uted ayer, queridísmo Rajoy. Permítame que use, por aquéllo del cariño que ya nos tenemos, el link que usa usted en su perfil del Gaydar: Ra. Así, a secas. Como el dios egipcio del sol. El sol que nos alumbrará con su luz y calor en este nuevo amanecer que ya vislumbro a partir del 20 de noviembre.

Estuvo usted brillante, no me emocionaba tanto desde que vi la última película de Garci. No recuerdo el título de la peli ni de qué iba, pero recuerdo que me emocioné mucho. Sobre todo cuando se acabó.

El mejor resumen que se puede hacer de este duelo, que usted ganó sin duda, es este video, en el que se resume en una sóla frase su gran proyecto para la regeneración de España.

Uy, que creo que éste no era el video. Que me he equivocado. Perdóneme, su eminencia. Es que yo y las nuevas teologías que usa la chavalería no nos llevamos muy bien.

Bueno. No quiero enrollarme más. A continuación presento el nuevo capítulo de su apasionante vida.


CAPÍTULO 3  /  LA JUVENTUD Y SUS AÑOS DE POLÍTICO EN GALICIA

Don Mariano estudia derecho en la Universidad de Santiago de Compostela. Durante su último año de carrera compagina sus estudios con la preparación de una oposición a Registrador de la Propiedad. Ya me estoy poniendo cachondo y no he hecho más que comenzar.

Efectivamente, las aprueba al año siguiente, convirtiéndose así, con veinticuatro años, en el registrador más  joven de España. Todos estos estudios no le dejaron tiempo para ligar con las jóvenes de la zona. Aunque algunos cuentan con muy mala idea, sus escapadas a ciertas playas gallegas a refocijarse en la arena con los alegres y musculados muchachos de la zona. Pero yo no me haré eco de esas falacias.

Es destinado, al obtener su oposición, a Padrón (ya saben, donde unos pican o otros non), a Villafranca del Bierzo en León y a Santa Pola en Alicante. Allí pudo cambiar de ambiente. Y de playas. Que el Mediterráneo da mucho juego.

Desde muy temprano se afilia a Alianza Popular (AP), el gran partido de Don Manuel Fraga Iribarne. Qué decir de don Manuel sin emocionarme y sin que se me salten las lágrimas.

Y así es como, en las primeras elecciones gallegas, es elegido diputado, en el año 1.981. Y en el año 1.983 concejal del Ayuntamiento de Pontevedra. Y en 1.986 presidente de la Diputación Provincial de Pontevedra. Hasta el año 1.991. Y vicepresidente de la Xunta de Galicia en el año 1.986. Y secretario general del PP de Galicia en el 1.988. Impresionante. Creo que he manchado los pantalones. Perdone usted. Es una reacción fisiológica muy normal ante la excitación que me provoca este carrerón.

Iban pasando los años y no se le conocía pareja a Don Mariano. Ninguna mujer aparecía a su lado en las fotos. Pobrecito. Cuánto le absorvía el trabajo que no le dejaba estar con mujeres.

Pero eso cambiaría en el futuro. Coincidiendo con el salto de nuestro líder a la política nacional. Algunos dirán que no le quedó más remedio que casarse, siendo ya un cuarentón, con una mujer. Como para seguir ascendiendo en política. Como una imposición de su partido para aparentar normalidad. Otro argumento más del rojerío asqueroso para destruirle.

Pero eso corresponde al último capítulo de su apasionante vida. El que publicaré el 21 de noviembre. Y donde contaré lo que estamos todos esperando: su victoria, por fin, después de no sé cuántas derrotas (es que he perdido la cuenta). Ahí nos veremos.